Caerte y hundirte.
Desear ser inherte, fraude.
Querer ser la vela que pronto muere.
Cortarse la vista por no mirarte,
Ciega, como nunca estuve.
Quemarse con un sólo roce,
Marcas que nunca nacen,
Y que nunca se pierden.
Anochece,
Y sólo quiero olvidarme.
Pero soy incansable.
Y tú, tú: tortura.
Pero ni lo sabes,
ni te importa.
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