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viernes, 12 de diciembre de 2014

Años.

Porque los años es lo menos importante de la edad.

Eso le dije a ella.

La verdad es que parece que la vida nos rie las gracias mientras mentimos, y cuando desvelamos la verdad y somos reales, nos corta por lo "sano" y vuelve a negarnos la verdad.

Somos aquí todos números, años, cuentas, latidos,... No quedan días que contar mientras queden números que sumar a nuestra condena.

Parece mentira que los años sean lo menos justo.

Yo daría mi vida por ser quien reflejo con mi voz.
Pero aquí estoy, con mi sonrisa de niña chica y mi cuerpo menudo.

Caminamos entre espigas en verano como si de Gladiator se tratase, y aquí cada paso es un latigazo más de la tortura que venimos sufriendo sin quererlo.

Y aun así, brilla el Sol.

Los días se deberían medir en lecciones aprendidas, de tal forma que seríamos todos milenarios y sabios entre sabios.

Pero se mide en años.
Y ya desde niños chicos nos escojen entre nuestras edades y plantean como un error ser amigos de los "mayores" o "pequeños".

Adaptaré mis amistades a quienes a mi me concierna, a quienes entiendan mis palabras y no mi boca.

Y por mucho que luches las cosas continuarán. 

Pero es que vivimos en el mundo de las matemáticas teóricas.
Llevar a lo físico los pasos en adelante del hombre es solo el intento mas antiguo de negarnos a la inteligencia teórica, una negación de aquello que nos encajona, descartar las etiquetas.
Para la humanidad no existen reglas marcadas suficientemente como para encajar a cada uno en el lugar correcto.

El método educativo lo plantea así.
Si no llegas a las pruebas eres peor que el resto, y por mucho que te esfuerces si no vales para estas pautas, no sirves y por muy bueno que seas en el resto de cosas, aquí ya no hay hueco para ti.

Me voy a hacer mi pequeño cajón que se inhundará de soñadores como yo que quieren  salir de convenciones.
Soy quien soy y valgo para lo que valgo.

No pido aplausos por mis logros, pido respeto hacia nuestros fracasos, porque tú también fracasaste alguna vez.

Y aquí queremos libertades entre rejas.

No existe la libertad real ya.

Pero luchamos por ella porque es quien grita en nosotros que todo un día llegará.
Que mantiene vivo el sueño de ser quienes valemos, no quienes perdemos la batalla contra los prejuicios.

Pero seguimos enganchados a la idea de esa libertad muerta, y sabed que podremos volar alto, pero ¿es suficiente alto para ti el infinito, o eres otro astronauta que necesita un más allá?


lunes, 8 de diciembre de 2014

Inmensidad.

Parecemos pájaros enjaulados en cárceles de inmensidad.
Dirán vuela alto, pero nunca es tan alto como podrás llegar.
Y dispararán a esos locos que quieran escapar.
Las miradas de otros caerán, y sus palabras harán más mella que aquella bala.
Pero aun las niñas tontas se tatuarán por moda pajaritos que escapan, cuando son ellas mismas presas de la inmensidad.

Atadme al silencio pues es la voz lo único que aun no subyugan.



domingo, 30 de noviembre de 2014

"Te lo dije"

No. No espero que lo entiendas.

Somos distintos y esta no es tu lucha.
La que da los golpes y cae soy yo.
Soy yo quien está en la pelea.
La que tuerce en la dirección equivocada,
Y la que se pierde mientras no quiere oir tus "te lo dije".

Muchos recuerdos se han olvidado.
No quiero seguir olvidando.
Borrando de mi cabeza aquello que ya es parte de mi.
No quiero seguir quitando partes de mi mundo sólo por que algo fue mal.

Todo va mal.
Cada día tengo algún mal pensamiento,
Tengo el corazón en el puño sólo por recuerdos.
¿Es esta vida la que decido vivir?

El daño está hecho.
La lucha está perdida.
Pero yo sigo luchando contra mis fantasmas, ellos siguen gritándome palabras que hacen que quiera arrancar todo lo que hay dentro de mi.

Y ellos no deberían tener fuerza sobre mi.
Pero la tienen. 
Y aquí estoy, recibiendo golpes aun habiendo muerto ya el contrincante.
No importa lo doloridos que tenga los nudillos. 
La sangre asusta cuando cae sin razón, pero aquí cada gota habla por si misma.

Hay mil razones por las que debería dejar de luchar,
Caer al suelo y llorar.
Pero miro al suelo y es un abismo del que se que no saldré.

Y en un mundo cabe el miedo.
Pero en el mío reina la felicidad, y cada golpe grita "intenta más fuerte, no podrás hundirme".
Así que déjame agonizante que me cuido yo bien sola.
Y si vas a estar a mi lado, no me digas "te lo dije" cuando me veas caer.
Yo me alzaré más fuerte y serás tú el que oiga un "te lo dije".




jueves, 27 de noviembre de 2014

Calla y escucha.

Parece mentira que se encuentren personas importantes tan cerca de uno cuando hay tantos millones repartidos por el mundo.

Yo se que ahí fuera hay alguien que me encajaría mejor.
Que me haría sonreir día tras día.
Que jamás me haría enfadar.
Que sólo me dejaría llorar de alegría.

Pero no está aquí.

Aquí estás tú.
La que conoce mi vida desde el instante en que llegué hasta el instante en el que me vaya.
No importa lo lejos o lo cerca.
Posiblemente me hagas daño. 
Pero nunca es mayor el daño que la alegría.
Quizá no me digas que me quieres. 
Quizá simplemente no me quieres.
Pero eres lo que tengo.
Eres mi biografía y yo la tuya.

Mañana no se qué ocurrirá, sólo se de hoy.
Y ayer no hubo nadie como tú, y quizá mañana tampoco lo haya.

No quiero tus excusas.
No me basta con que me abraces y digas perdón.
Eres más que palabras y actos vacíos.
Y tú me haces más daño que el resto al clavar los mismos puñales.

Quisiera que todo fuese perfecto.
No lo será.
Pero ni tú ni yo lo somos, y esperarlo de nosotras es equivocarse.

Y me has hecho mella en la capa profunda de mi mundo.
Has revuelto todo y aun así te quejas de que nos parecemos.
Se que dirás y tú lo que diré yo.

No, lo de "mejores amigas" no es nuestro término.
Nunca nos convenció pero hay que ponerle nombre a la vida.
Tu eres mi diario, mi apoyo, mi silencio y mi palabra, mi brillo en los ojos.
Y quieras que no, es amor, y lo siento pero no se cuanto durará.

 Mira, no se si vas a estar aquí para siempre.
Hay veces que solo desearía echarte de mi vida, alejarte, llevarte lejos.
Pero cuanto más lejos más sola me siento, me enfado y te echo de menos.

Y quiero que te vayas a la mierda.
Quiero que sepas que no somos perfectas. 
Que yo lo se y tu lo sabes y no hace falta que me lo recuerdes.
Sabes tocar el punto en el que salto. Y lo tocas siempre.

Pero si te vas a la mierda yo me voy contigo.
Y me disculpo al segundo por que no se vivir sin ti.
Así que el honor no sirve de nada en esta relación.

Y tú eres fría. 
Eres como eres y yo ya sabía en qué me metía.
La culpa es mía y tú que caiste.
Así que ahora no vengamos con reclamaciones que esto ya venía en el prospecto.

Pero aquí estoy, cantandote en las noche con lágrimas en los ojos.
Echándote de menos. Queriendo verte. Sin saber donde ir o qué hacer.
Estamos pasando un mal momento pequeña, pero supimos que cuando yo me fuese esto pasaría.

Se necesita valor para seguir de la mano al lado del barranco, pero así estamos casi sobrevolándolo. 
Son malos tiempos.
Y yo estoy aquí.
Y tú estás ahí.
Y yo ya no se si odiarte más o quererte.
Y tú no paras de meterme en encrucijadas.

Pero he decidido quedarme a tu lado.
Sabes que nos necesitamos.
A mi tambien me quieres.
Por muy fría que tengas la voz,
se nota cuando te silencias.

Nuestras peleas son tontas, pero escucha, las tontas somos nosotras.

Y esta vez, por una sola vez, calla esa maldita boca y no digas nada.

Ya, ya lo se. 
Yo también.
Hasta el momento en el que acabe ese para siempre.

Marmotita.




sábado, 1 de noviembre de 2014

Aprender de lo que no se hizo bien.

Me cruzo con tus ojos por las esquinas.
Tu olor se ha quedado en todos mis perfumes.
Te vas lejos y sólo es para volver más cerca.
No me quedan más intentos, no quedan fuerzas.

Hemos dicho adiós alto y claro.
Dijimos que todo atrás se había quedado.
Pero entre las luces de Octubre te encontré,
Y ahora en su oscuridad te he perdido.

Los sueños que me hice contigo
Son pesadillas sobre ti hoy.
Las vidas que una vez vivimos
Se han perdido en el odio y temor.

Y parece que los recuerdos son mi castigo
Por aquel mal que te causé.
Y ahora tengo vértigo
De volver a caer.

Hundiré mi cara entre las manos,
En el agua me acurrucaré.
Tener miedo al pasado
Sólo es temer que pueda volver.

Preferiría haberme callado
Hoy, que ya me lo se.
Ayer nos equivocamos
Yo me equivoqué.

Pero tú no vas a cambiar.
Yo jamás cambiaré.
Es cuestión de tiempo olvidarlo.
Es aprender de lo que no se hizo bien.

domingo, 19 de octubre de 2014

Mi amor de película.

Amores que despiertan en el viento
susurran palabras en silencio.
Quieren viajar lejos por las olas
dentro del agua cuando sube la marea.

Las luces infinitas que son un manto
velas de corazones que se apagan y encienden,
son luciérnagas en paz
que viven y que mueren.

Con las hojas del otoño
que abarcan los suelos de la ciudad
resbala con la lluvia el tiempo
y en silencio queda amar.

Y mientras nos quede vida para querernos
¿qué importa el tiempo, si lucen las noches?
Como las nubes en el cielo flotando,
llévame a lo más alto,
jugando con el viento.

Las miradas bajo el agua dulce
y los ojos rasgados
con el amanecer se alzan los amantes,
con noviembre llegan los sueños.

Inspiración de "La colina de las amapolas"
de Goro Miyazaki.

Nota personal:


A mi parecer, el amor ha de ser más una amistad, ha de basarse en la confianza y cariño de ambos, añadiendo la lujuria adolescente.

Sinceramente agradecida de que me hagan que se me erice el cuerpo entero.

sábado, 18 de octubre de 2014

Noche del 14 de Enero de 2013

Creciste demasiado rápido mi niña.
Maduraste a golpes, lloraste ríos
y creando una coraza te hiciste fuerte.

Hoy te derrites poco a poco,
ahora que vas abriéndome el alma
veo que eres la reina de los sueños rotos,
y te mueres,
y pides socorro a gritos
y mientras "no pasa nada" 
entre quejidos y suspiros.

Ahora te miro,
haces que nadie te pueda,
y veo lo que creo,
oro en tu mirada al Sol de la mañana.

Yo estoy aquí para sujetarte,
no te caes amor,
soy tu mullido colchón.
Estoy aquí para las lágrimas, 
para los días de lluvia,
para los silencios
y para las noches en vela.

Nací para que la Luna fuese nuestra,
y puede que las cosas cambien…
Pero quiéreme ahora, a tu manera,
eso lo arregla.





"…porque algún día me acordaré 
de cuando éramos jóvenes…"


viernes, 17 de octubre de 2014


Once upon a time a lonely boy went fishin' 
Heard about a little mermaid cast away 
Saw a little bitty fin and started swimming 
She disappeared with the sunlight once again 

He prayed unto his father
As his lungs filled up with water

Oh won't you take me to your paradise? 
Can I come play with you under the tide? 
I want to swim inside your ocean eyes 
Oh won't you take me to your paradise? 

When he woke up on the dry-land he saw visions 
Of the life with the mermaid cast away 
Couldn't tell if it was love or just impatience 
Headed back where the black sun hits the waves 

And there she was in color
And with all his strength he called her

Oh won't you take me to your paradise? 
Can I come play with you under the tide? 
I want to swim inside your ocean eyes 
Oh won't you take me to your paradise?

Please don't drift away 




jueves, 16 de octubre de 2014

Pies fríos.



Buscando entre las gotas se encuentran recuerdos
Se encuentran miradas,
Y se funden las lágrimas.


El invierno se está acercando.
Las noches se alargan mientras que el sol sale cada vez más tarde.
Me escondo entre las mantas
Y planto mis raíces frente a la pantalla.

Los pies fríos
Las manos heladas
Y el alma ardiente que pide promesas.

Pasan las horas de arena
Espero
Y espero
Pero estúpida de mi
Que me hice ilusiones
Buscaba Te Quieros
Y encontré silencios.


Pero con el frío a veces llega el calor.
Y los silencios a veces quieren más que las palabras.
Porque vivimos en un mundo de hielo.
Transparente y frágil
Quema y aguanta más de lo que parece.

Soldados con flores en sus cascos
Sólo queda la esperanza blanca y pura.

Esperanza.
Mujer siempre ausente
Mujer siempre idealizada
Pero ¿quién la conoce
más que aquellos que la rozaron
y luego la perdieron entre la multitud?

Y ahora, mientras bebo el café
que quiere calentar mis manos
pero acabo helando,
Me llegan con las gotas las ideas.

Con los pies fríos metidos bajo la manta
Noto que está volviendo el invierno.


viernes, 10 de octubre de 2014

¡Qué bonita eres, Madrid!

Madrid, ciudad de soñadores.

Callejea por sus rincones, corazones y asfalto, bulevares y llanto.

Besos de parque, luces y coches.

Azoteas al paraíso, veranos de fiesta, inviernos eternos, noches de risas.

Gritos y brisa, sonrisas, que te las mereces.

Ciudad de soñadores, se llama, se tiñe de naranja el cielo entre polvo y sueños, eso dicen.

Eres la más dulce, y la más mala, eres duro hierro que tapan las nubes.

Primaveras y otoños lluviosos, melancólicos, borracheras y locos.
Y tontos, oso y madroño.
Pero felices, a veces, pero siempre amantes, ciudad de vida, palpitante.

Gran vía, ¿has visto los ángeles que nos miran desde sus cornisas?
Que nos guardan, que nos guían.

Te escribo mi poesía como quien te canta, como quien te mima, te pinta de cultura y te 
baña de arte, te llena de tinta.

Escritores, cantantes, artistas, andaron todos rozando sus dedos con las vallas del Retiro, pisando tu suelo, oliendo la lluvia y besando el cielo.

No me voy Madrid, eres mi sueño, soy tuya como tú eres mía, mi vida
sólo se encuadra entre tus calles,
a través de mi ventana.

jueves, 9 de octubre de 2014

Reflejo.

Todo esto es una locura, ¿sabes?

Mira que te lo dije, mira que te dije que pasaría, que te equivocarías, que la volverías a cagar…
Estúpida.

Mírate, estás ahí, parada, mirándome, llorosa y sin saber de nada.

¿No ves que ya hemos hablado de esto?
¡Pero tú sigues dándote con esa pared de mierda!

Mira, ya se que es duro, que cuesta, que el camino es largo, que parece que no acaba, pero te avisé que esto pasaría.

Y sigues ahí, parada, deja de llorar, ¡Deja de llorar! No lo mereces, no puedes llorar, no esta vez, ya no te quedan oportunidades, esta vez ya no te perdono, esta vez ya la has hecho bien… 
¿Ahora qué? ¿Depresión? ¿Vas a hablarme de suicidio? ¿Decides irte al fin? ¿Vas a acabar ya con toda esta mierda que eres tú enteramente?
Adelante, valiente.
Bah.
Ni para eso sirves. 

Sigues mintiéndome.
Sigues con lo mismo de que puedes.
De que puedes sola.
Sola.
Ahí te quedas.
Sola.

Porque, ¿Para qué te iba a ayudar yo?
Nunca me has devuelto un favor, ingrata.

¿Quieres golpearme?
Hazlo, te harás más daño tú que yo.

Siempre que estás feliz estoy aquí para ti, y siempre que estás triste, sigo aquí.
¿Por qué sigues mintiendo y diciendo que sabes qué haces?
¿No ves que te conozco ya mucho?
¿No ves que soy como tú has querido que sea?

Así que, ¿por qué sigues ahí parada frente a mi, frente a ti?, ¿por qué te sigues reflejando en mí?, ¿por qué no te apartas ya del espejo y dejas de compadecerte? 
 

sábado, 4 de octubre de 2014

Te he echado de menos.

Te he echado de menos.
Han pasado los meses como si nada. Y seguimos ambos esperando.
Han pasado tantas cosas que no se por donde empezar, si pidiendo perdón o explicaciones.
Pero tu voz me sigue gustando y haciéndome sentir a gusto.
Muchas veces quiero verte y te imagino. Estas lejos, pero no te has perdido.
Sigues aquí, en mi cabeza, en mi corazón, cosiendo mis heridas, poniendo tiritas y parches.
Esto sólo es para ti, es para que te acuerdes de mi, para que también me eches de menos.
Me has roto en mil pedazos, pero yo te he hecho polvo, yo te he matado.
Yo he destrozado todo y aun así tu has seguido ahí, inconscientemente, tú me has hecho seguir queriéndote, seguir aquí, dando vueltas antes de dormir.
Hoy me he desahogado, hoy he llorado y sonreído por ti.
Hoy me he acordado de por qué te quiero, de por qué te echo de menos. 
Y puede parecer que soy otra tonta, pero no. He sido yo la que ha tenido en mi mano el puñal que te atravesó meses atrás, y sigue en mi mano.
Pero no me queda fuerza para sacarte de mi cabeza, te acercas y te acercas en mis recuerdos nadando, y siempre que te veo se que te echo de menos.
Y se que necesitas tiempo.
Se que necesitas asimilarlo.
Se que no sabes qué pasará.
Pero quiero estar ahí, a tu lado.
No quiero garantías de tu amor.
No quiero mas promesas que las que ya has cumplido.
No me debes nada.
No te equivoques, soy yo la que te promete estar ahí.
Curar con mis palabras otras que dije.
Sólo quiero conocerte, ser parte de tu vida, entenderte.
Porque he echado de menos tus brazos que me abrazaban.
Pero no pasa nada.
No hay prisa. No te agobies.
No me voy a ningún sitio mientras tú seas mi ancla.
Sólo hablame si alguna vez me necesitas.
Y sigue queriendome, me vale como perdón.
Me vale como gracias, me vale como promesa.
Con que me quieras me basta.

lunes, 29 de septiembre de 2014

Vivimos con miedo.

Vivimos con miedo.
Somos inseguros y estamos desquiciados de este temor que guardamos en nosotros.
Somos creyentes de leyendas que cuentan las verdades que tememos creer, pero eso parece gustarnos demasiado como para darnos cuenta de que son sólo mentiras que crea nuestro subconsciente.
Y el miedo nos va comiendo poco a poco, nos hace cambiar, nos hace sufrir, pero seguimos soñando, seguimos intentando escapar de él, como si fuese a correr tras nuestra.
El miedo no va a ir a por ti, el miedo se queda contigo haciendo la carrera.

Vivimos con miedo.
El miedo coge lo que amamos y lo convierte en aquello que odiamos.
El miedo nos hace daño porque creemos más en él que en nosotros mismos.
Nos hemos convertido en aseguradoras y todo riesgo es un fallo en el sistema.

Vivimos con miedo.
Por eso llamas loco al que supera sus temores.
Por eso silencias tu voz cuando quieres gritar.
Y por eso ya no se cumplen los sueños, porque nos da miedo el qué pasará.
¿Qué dirán? ¿Cómo lo afrontaré? ¿Lo podré soportar? ¿Me va a hacer más desdichado que feliz?
No importa, compréndelo.
Se van a reir de ti, van a señalarte, van a hablar de ti, vas a sentirte solo, vas a saber qué es la vida,
¿Pero es eso tan malo?

Vivimos con miedo.
¿Por qué no opinas?
¿Por qué no luchas por lo que deseas?
¿Por qué no dejas que te vean?

No soy más que una luchadora de causas perdidas.
Eso me enseñó mi padre.
Pero cuando vale la pena deshacerte de tus miedos por conseguir la realización personal y la felicidad, no importa lo terrible que pueda ser la consecuencia, hay que superarlo.

Vivimos con miedo.
Pero no se puede ser valiente sin haber tenido miedo.
Los más valientes no son aquellos que no tienen miedo, esos sí están locos, los valientes son los que aprenden a superar aquello que les atemoriza.

domingo, 28 de septiembre de 2014

Mi generación.

Este es uno de esos días en los que te sorprende lo rápido que cambia el tiempo, de lo rápido que llueve en un día soleado, de lo rápido que el frío llega a la ciudad, lo fácil que es empezar a llorar cuando eres feliz.
Simplemente me sorprende que sigamos con lo mismo de siempre, otra vez esas peleas, otra vez los malos momentos. 
Ya pensé que la paz duraría por siempre, pero era sólo la brisa de verano, que calma el agua de este lago.

¿Cómo se mide la madurez de una persona?

Se mide en decisiones. Se mide en sus razones para sonreír. Y en las razones para llorar. Se mide en verdades que cree. Se mide en fortaleza en momentos de dolor. Se mide en el valor con el que afrontas lo duro de este mundo en el que vivimos. Se mide en las carcajadas que sueltas aun sabiendo que no tienes nada en tus bolsillos. Se mide en el amor y respeto.
Pero sobre todo, se mide en la capacidad de ser feliz cuando se acaban las razones para serlo.

Entonces, ¿Eres maduro? 
Porque últimamente me encuentro más personas que afrontan estos momentos de crisis mejor que nadie y puedes contar sus años con los dedos.
Encuentro personas que han sufrido más que nadie y siguen levantándose cada mañana para ver el Sol.

Muchos podríamos haber tenido otra suerte. Muchos podríamos haber tenido menos problemas. Podríamos haber tenido una vida distinta. Pero la madurez se mide en cómo afrontas aquello que te otorga el cielo.

Hay una frase que dicen aquellos que creen en una deidad
"Dios nunca nos da más de lo que podemos soportar".
No creo en que haya ahí alguien que decida, pero sí es cierto que somos más fuertes de lo que pensamos. Somos mejores de lo que nos creemos. Somos humanos.

Si hoy es más duro el mundo en el que vivimos, habrá que afrontarlo. Habrá que levantarse y poner nuestras manos tocando el cielo, porque somos grandes, somos quienes elegimos qué hacer con lo que nos dan.

Y estoy cansada de tener dieciséis años y que nadie espere de mi esa madurez. 
Sí, típico en una adolescente, pero escucha mi voz, escucha lo que dice, escucha qué pienso y si mi cabeza está sobre mis hombros. Dime que no se de nada. Dime que sólo son imaginaciones. Dime que me equivoco. Dime que no se cómo está el mundo. De verdad. Dime si soy la típica chica de dieciséis años que no vive en este mundo, que grita en el metro, que vive sin agradecer la vida, que se queja de las nimiedades, que ruega que le hagan caso.
Si me conoces, lo sabes. 
No soy típica, y es tema del que enorgullecerse para mi.
"Si no has andado con mis zapatos no pienses que sabes cómo camino."

Y mi generación será de paletos y supervivientes, bien separados unos de otros.
Porque habrá quienes aprendan de la experiencia, habrá quienes sepan qué cuesta el tiempo y la felicidad.
Y habrá quien no lo sepa. Pero cuidado con equivocarte con nosotros.



miércoles, 10 de septiembre de 2014

Verano.

Aún parece que las mañanas saludan con un sol radiante.
Aún parece que la brisa de junio aplaca el calor.
Aún parece que se huele el principio del verano.
Pero no.
Pasaron los días, uno tras otro, piscina, tumbarse al sol en el césped, noches en vela, cenar a la luz de la luna, los atardeceres rosas y naranjas, dormir hasta tarde o ver el amanecer con el viento fresco de la mañana…
Parecía que ésta vez no lo echaría de menos, pero aún no ha acabado y ya noto que me falta.
Quizá malgasté mis horas soñando, quizá no lo hice bien éste verano, como tantos otros ahora veo que me quedaron mil cosas por hacer… Pero no.
No malgasté mi tiempo. He reído y llorado. He besado y abrazado. He saltado y corrido. He nadado en el agua cristalina. Me he ilusionado y desilusionado por amor. He dormido y soñado.
Sí, soñé demasiado este verano, pero las noches se plagaron de vida, de mundo, de felicidad.
Y cuando empiecen a caer las hojas de los árboles naranjas no pensaré que lo he perdido.
Para mí ha sido ese viaje que planeaste y no salió como debía, pero no por eso estuvo mal.
Me duelen las mejillas de reír, y es que cada día ha sido único, y exprimí la felicidad hasta que casi no me ha quedado, pero ahora toca volver a dormir en vez de soñar. Ahora toca ver el amanecer desde un pupitre, o desde un autobús. Pero siempre será mi amor de verano el sol brillante, siempre me enamoraré platónicamente de luna, siempre me limpiará el alma el agua y la cabeza la brisa.
Porque se pasaron estos meses sin más, los grillos no han dejado de cantar, no se acabó lo bueno mientras aún quede la esperanza de que un día volverá.
Y así será. Menos de un año. Venga, yo puedo, y si puedo yo, tú también.
Y en ésta última noche de verano voy a ver salir el sol para despedirme con un bonito adiós, voy a besarle para que quede el recuerdo y así volverá a salir cada mañana hasta que por fin me salude un veintialgo de junio diciendo `he vuelto por ti´.

martes, 26 de agosto de 2014

Un café.

Escucha esa canción que suena de fondo, es esa que tu padre siempre solía escuchar mientras leía una de sus revistas científicas u ojeaba un periódico...
Hunde la cara en las manos, sabes que no eres más que otra persona más en este mundo, que no eres más que otro número, otro individuo que toma un café en esa terraza del centro de Madrid.
Han pasado ya dos horas desde que te sentaste a leer ese libro y sólo te has tomado un simple café. El camarero se acerca de vez en cuando impaciente, siempre sonriente pero con un punto de molestia en su mirada, te pregunta una y otra vez si deseas tomar algo más, y tú niegas siempre con la cabeza, sonriendo amablemente.
En realidad no lees, no estás más que mirando las letras de ese libro, no has pasado más de cinco hojas en esas dos horas porque te quedas embobado mirando las letras hasta que te das cuenta de que ya has vuelto a abrir la boca como un idiota.
Te paras a pensar en esas cosas que nunca quieres pensar, en esas preguntas que siempre te haces, esos momentos que te marcaron o esas personas que se fueron.
El café casi no lo has probado, está a la mitad y frío, pero qué más dará, así el camarero te saca de vez en cuando de ese mundo que te creas en la cabeza tú solo.
La tarde ha avanzado y ya empieza a oscurecerse el cielo, quizá deberías volver a casa ya... Pero te gusta esa sensación de que no hay nada qué hacer, nada más que pensar en eso que te hace sonreír y también enrojecer tus ojos que casi quieren llorar. En casa hay demasiado que hacer, demasiado en lo que pensar y no te apetece volver al mundo real, no hoy, no por favor.
Venga, a soñar despierto un rato mas, pero pides la cuenta, que el pobre camarero se quede aliviado de que por fin te vas.
Pasa por tu cabeza, como tantas otras veces, ese recuerdo de tu infancia, allí jugando en el colegio, corriendo por el patio, sin complejos o quizá con demasiados...
Te acuerdas de esos amores que cambiaban cada mes, y esos de los que ahora te avergüenzas.
Te acuerdas de los juegos, de las carreras, el polis y cacos, la comba que intentaste saltar doble y te caíste  una y otra vez.
Te acuerdas de las peleas, de tus amigos, de los profesores, y de ti, y sonríes, con melancolía.
La cuenta, dos euros y que se quede con el cambio, te levantas y estiras la camiseta, coges el libro y te diriges a la parada del bus...
Quizá nunca entiendas cómo has llegado allí, quizá nunca consigas dejar atrás esos recuerdos, esos sueños de niño, pero hoy estás aquí, sin más, siendo tú mismo, y has crecido día tras día. Sonríes, no está mal, y pensar que solo te preocupabas de qué pegatina cambiarle a tus amigos, o qué cromo era el mejor.
Sí, no lo has hecho del todo mal, eso de crecer y madurar... Pero querrías volver atrás, solo unas horas, tocar otra vez esas paredes que han guardado tu vida, ese mundo que dejaste atrás .