Madrid, ciudad de soñadores.
Callejea por sus rincones, corazones y asfalto, bulevares y llanto.
Besos de parque, luces y coches.
Azoteas al paraíso, veranos de fiesta, inviernos eternos, noches de risas.
Gritos y brisa, sonrisas, que te las mereces.
Ciudad de soñadores, se llama, se tiñe de naranja el cielo entre polvo y sueños, eso dicen.
Eres la más dulce, y la más mala, eres duro hierro que tapan las nubes.
Primaveras y otoños lluviosos, melancólicos, borracheras y locos.
Y tontos, oso y madroño.
Pero felices, a veces, pero siempre amantes, ciudad de vida, palpitante.
Gran vía, ¿has visto los ángeles que nos miran desde sus cornisas?
Que nos guardan, que nos guían.
Te escribo mi poesía como quien te canta, como quien te mima, te pinta de cultura y te
baña de arte, te llena de tinta.
Escritores, cantantes, artistas, andaron todos rozando sus dedos con las vallas del Retiro, pisando tu suelo, oliendo la lluvia y besando el cielo.
No me voy Madrid, eres mi sueño, soy tuya como tú eres mía, mi vida
sólo se encuadra entre tus calles,
a través de mi ventana.
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