No tengo nada que decir de todo esto, te sigo pensando de vez en cuando, sonriendo o llorando.
Lo se, es cierto, que ahí pude tenerte y te perdí, y ahora hablo de que nadie quiso, bien, sí quisieron, me quisieron y yo no supe querer.
Quizá no falla la guerrera sino la guerra, yo no conozco la bandera y la llevo como estampa.
Perdóname, aun me acuerdo de los momentos y me apeno, me sonrío en los adentros con melancolía.
Perdóname, se que si aparecieras hoy sería distinto, pero quizá eres parte de mi destino, quizá eres sólo un fallo tras otro en el camino.
Perdóname, sabes que te quise o eso espero, sabes que lo que te dije fue sincero, que a ti no pude mentirte.
Perdóname, pero no tengo excusas para el fallo, no puedo animarme y olvidarme, pesará como una condena. Eres la cadena que me ata a mis errores.
Y si alguna vez me recuerdas, si piensas en mi como pensaste, no lo hagas, no me hables, la culpa es mía y con la culpa he de torturarme.
No, te echaré siempre de menos.
No pude ser otra en aquel momento, y lo siento, cometí el fallo pero hoy por fin me alegro, al menos, de haber sido antes que después.
Perdona que seas otro recuerdo feliz tintado en negro.
Perdona porque para mi no eres tan sólo eso. Pero debes de estar harto de pensar un quizá y yo estoy harta de esperar algo que no merezco.