A mi no me encuentran ya
Entre la muchedumbre.
¿Qué vendes?¿qué esperas que crea?
Hace tiempo que mi sol lo llevo dentro,
No espero del cielo nada:
Ni bendición, ni aliento.
Despertar y despertar hambriento
De un conocimiento inalcanzable,
Incomprensible, evidente.
Y ya no me dejo ganar o perder,
No juego a tus juegos ajenos,
No me importa tu perecer.
Ya suficiente tengo con mis miedos,
Con mis decisiones y mis anhelos.
Suficiente tengo, al fin y al cabo,
Para apenarme siempre que quiero.
Así que no quiero saber qué vendes,
No quiero ni escuchar ni creer.
Me da igual la lluvia, al fin y al cabo,
Todos algún día nos da por llover.
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