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lunes, 23 de enero de 2017

Llorar es una constante, yo soy la cambiante.

Mejillas secas para el que se va, 
para el que rompe, 
para el que daña.

Sólo lloro por quien se queda, 
por hacerme sentir mía, 
querida, 
como nunca me hicieron creer que sería.

Porque ahora se que mi llanto regará mi paciencia, 
no mi ira, 
no mi pena.

Pensé que sería de insensible,
Pero ahora se que es de nueva.
Pensé que sería una pena
Pero aunque sorprenda,
Es más satisfactorio llorar incrédula,
Que llorar por haber creido demasiado.

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