Tanto fue ser libre
Tanto, que ahora mis manos anhelan
Y buscan en las avenidas
En las calles, en las aceras.
A penas me presiona el pecho
Y ya siento que me ahoga la vergüenza.
El nudo en la garganta,
Tratar de hablar sin poder controlar
El hipo que trae el llanto.
Notar cómo el daño a veces alivia,
Enfurecida golpeando las paredes de la jaula.
Mira cómo ocurre la vida
Y pasa.
Admiraba las calles sin pensar que algún día
Nada quedaría allí de mi, ni un recuerdo.
Ahora que me miro las manos
Me vendí a expensas del razonamiento.
Sin verdad sólo hay juicios sin conocimiento.
Yo quería ser siempre libre
Y ahora no queda de ello ni un resquicio.
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