Mi año ha sido complejo, la verdad.
Hasta mediados de este año he sido muy feliz, he encontrado mi lugar, mis personas, mi ser.
Pero extrañamente, todo se fue derepente.
Yo sabía que venía un curso dificil, pero entré con mal pie, y tropezando he seguido.
No me vence, ni me han vencido, pero estoy más triste y enfadada de lo normal, no he encontrado aun el modo de arreglarme, de volver a sentirme como al principio, pero yo entiendo que es sólo un año, uno, al fin y al cabo.
Este año he cambiado de peinado, de amigos, de sentido y de prioridades.
Este año he descubierto traiciones en ojos cercanos, y he encontrado aceptación, cariño y amistad en personas en las que jamás lo habría buscado.
¿Qué pido?
Sólo pido dejar de dar traspies. Una mejora, una esperanza.
De pequeña me pregunté cuándo cumpliría 18, quién sería, cómo viviría, sería guapa, alta, bonita... No supe imaginar a la Amaya de 2016, y aun no la imagino, sigo con mi cara infantil y mi altura escasa, más lista, pero igual de ilusa.
Espero un buen año, ya es hora.
Feliz 2016
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