No me regalen flores si buscan con ellas ejecutar un deseo, buscar con ellas mi alma.
No me regalen flores y tampoco me alaben.
Yo nunca fui menos orgullosa que cuando tuve razones de serlo.
No me regalen flores si no son tan sólo un gesto, no me las regalen si van con otro pretexto, no busquen en mi afianzarse sólo por encontrar para mi hermosas flores.
No me digan lo que piensan sin pensarlo antes.
O traduciendo: no me traten sin saber tratarme.
Por eso, no me regalen flores, no me alaben.
Si quisiera verme hermosa me miraría al espejo, y si quisiera flores, las cortaría para plantarlas en mis miedos.
Que si algún día me las merezco, que no creo, me las regalaré yo primero.
Así que si me regalas flores, que sean sólo un gesto. No un pretexto.
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